Las exportaciones argentinas bajaron 10,1% en el primer semestre del año respecto al mismo período de 2013 y de esta manera el país se convirtió en uno de los de peor performance de la región, advierte un informe del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) de la Fundación Mediterránea.
De acuerdo con los datos relevados por el Instituto, sólo las exportaciones de Perú registraron un retroceso mayor en el primer semestre, mientras Brasil y Colombia aún con bajas interanuales tuvieron una evolución mejor.
Por otro lado, las ventas al exterior de México subieron 4,2% y las de Chile un 0,5% respecto al mismo lapso del año anterior. Otros países de la región tuvieron un desempeño aún mejor. Ese fue el caso de Uruguay, que logró incrementar 7,8% sus ventas en el semestre; Paraguay que registró una suba de 12% y Bolivia que registró un alza de 6,86%.
En el ranking de comportamiento de las exportaciones de la región en el primer semestre de 2014, Argentina ocupa uno de los últimos lugares, fenómeno explicado en parte por problemas de competitividad y también por la débil demanda de los principales socios comerciales, remarcaron desde el Ieral.
Debido a la mala evolución de las exportaciones, la balanza comercial en el primer semestre del año se desplomó 28% respecto al mismo lapso de 2013, al sumar sólo u$s 3.684 millones. De esta manera, el saldo positivo se convirtió en el más bajo para el período desde 2001.
Las tribulaciones en el frente financiero acentúan la importancia para la macroeconomía de dinamizar la obtención de dólares por la vía del comercio exterior. Los precios relativos internacionales tampoco ayudan, ya que se necesitan cada vez más toneladas de soja para adquirir la misma cantidad de combustibles, plantearon en su informe los economistas del Ieral.
De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), entre enero y junio últimos, las exportaciones de productos primarios se derrumbaron 31%, como consecuencia principalmente de una retracción de 55% en la exportación de cereales (maíz y trigo principalmente, que tienen sus mercados intervenidos y cupos de exportación).
En tanto, las ventas de Manufacturas de Origen Industrial (MOI) retrocedieron 13%, por una contracción de 20% en todo el complejo automotor, mientras las de combustibles y energías bajaron 12% en el primer semestre respecto a igual período de 2013.
El único rubro que mostró un aumento fueron las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA), que subieron 10%, impulsadas por un alza de 27% en los despachos de residuos y desperdicios de la industria alimenticia.
En un contexto como el actual, en el que las divisas provienen solamente del balance comercial, la caída de las exportaciones es aún más relevante, más teniendo en cuenta que las importaciones cayeron 8% y que mayores restricciones a las compras en el exterior podrían complicar la producción en el país.
El salto en el tipo de cambio no es suficiente para resolver el problema de la competitividad argentina, si no es acompañado por una corrección en las cuentas fiscales: un déficit del sector público que continúe financiándose con emisión mantendrá las expectativas inflacionarias en niveles altos y, consecuentemente, la aversión de las empresas exportadoras a comprometerse a largo plazo. A eso se suma el hecho que el déficit de la cuenta energética junto con los subsidios hacen que la devaluación deteriore el resultado fiscal. Por esos dos motivos es necesario que, de darse nuevos ajustes cambiarios, el sector fiscal sirva como ancla de modo de lograr una efectiva corrección de precios relativos, remarcaron desde el Ieral.